IX Bienal Internacional de Fotografía

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Fernando Gálvez

Lourdes GroubetEntrevista a Patricia Mendoza. Fernando Gálvez de Aguinaga entrevista a la directora del Centro de la imágen, a propósito de la controvertida IX Bienal Internacional de Fotografía.

La fotografía es un arte vivo y ha desbordado muchos de sus límites iniciales. Ha devenido en columna vertebral de muchas nuevas expresiones, con esta noción, el Centro de la Imagen siempre ha tenido claro que una de sus funciones es abrazar y difundir estas nuevas expresiones y no sólo la imagen fotográfica tradicional"
Patricia Mendoza

Desde sus inicios la fotografía interactuó con otras disciplinas humanas como la pintura, la medicina y la geografía. Se convirtió en un medio de expresión pero también activó el avance de las ciencias y la tecnología, transformó las  ideas estéticas empujando al nacimiento de las llamadas vanguardias artísticas. La imagen fotográfica paso de ser una herramienta para otras disciplinas, a consolidarse como una de las actividades dominantes del siglo veinte: la imagen impresa o en movimiento es uno de los ingredientes básicos en la configuración del rostro de las sociedades y juega un papel determinante en áreas tan distantes como la publicidad, el arte, la ciencia, los espectáculos, los negocios, la información, la educación, etcétera. Esta capacidad camaleónica de la fotografía se manifiesta en el quehacer artístico de los últimos años, haciendo que artistas de todas las disciplinas mezclen su lenguaje plástico original con imágenes fotográficas, potenciando la técnica del collage hacia soluciones antes insospechadas. La interacción de disciplinas creativas se hizo evidente en la última Bienal de Fotografía y en su Salón de Invitados. La siguiente entrevista con Patricia Mendoza, directora del Centro de la Imagen, aborda ese cambio de estrategia creativa y ahonda en la explicación del porque del caracter híbrido de la Bienal.
 
Fernando Gálvez: En las últimas bienales los jurados y curadores se han inclinado por los
lenguajes mixtos y alternativos de la fotografía y ha quedado en segundo plano la fotografía que en México estábamos acostumbrados a ver, la más tradicional, la que
captura un momento de la vida o retrata o documenta.

Patricia Mendoza: Hagamos un poco de historia para encontrar la razón de esto: la primera Bienal de Fotografía es en 1980 y se debe a que en 1979 la Bienal de Gráfica recibió muchas fotografías y el jurado se declara incompetente para juzgarlas pues son un medio gráfico pero no tradicional como el dibujo o el grabado en sus distintas vertientes, por lo que todas las fotografías que concursaron son incluidas en la selección y esto fuerza el nacimiento de una bienal dedicada al quehacer fotográfico. Pero los años ochenta están dominados por una postura similar a la frase siqueiriana de "no hay más
ruta que la nuestra" y esta ruta es la fotografía documental como la esencia y fundamento de la fotografía latinoamericana. El hecho es que en los noventa muchos fotógrafos están haciendo narrativa visual y neográfica pero de una forma mucho más rígida de como lo hicieron los artistas en los 80.

FG: ¿Piensas que en los 80 fue muy difícil para los alternativos abrirse paso frente a los
tradicionalistas?

PM: Definitivamente, porque los disidentes eran los menos representativos del gremio y
en la historia de la fotografía mexicana el sentido gremial ha sido muy importante, aunque en los 80 comenzara a atomizarse.

FG: ¿Crees que la debilidad de los fotógrafos alternativos también radicaba en que en aquellos años todavía no tenían muy consolidadas sus propuestas, al grado de que les pesaban mucho ciertos fotógrafos extranjeros y no lograban articular un sello totalmente propio?

PM: Puede ser,pero había trabajos como el de Lourdes Groubet que desde los setenta tenía obras que hoy en día nos siguen pareciendo propositivas y revolucionarias. Ella realizó un trabajo de gran calidad y se movió completamente sola, ya que era mayor que Gerardo Suter, Olivierio Hinojosa, Lourdes Almeida o Adolfo Patiño, pero transitó sólidamente por la instalación y el performance fotográfico, hizo cajas de luz e innovó haciendo paisaje pintado que luego fotografiaba.

FG: Permíteme hacer un salto, pues creo que lo interesante radica en seguir el arco de la historia y percatarnos de que ahora estamos en el otro extremo: los artistas tradicionales de la cámara se sienten desplazados en las últimas bienales en las que dominan los lenguajes mixtos, la estética conceptual, la instalación y hasta el video.

PM: De algún modo es cierto, pero es muy importante señalar que este desplazamiento de las bienales hacia los lenguajes fotográficos menos tradicionales, se da paralelamente al nacimiento hace tres años de la Bienal de Fotoperiodismo, en la cual dominan las corrientes fotográficas documentalistas. Sería un tanto arbitrario que los nombres que se seleccionaron en mayo para la Bienal de Fotoperiodismo repitieran en esta Bienal y controlaran el espectro de la fotografía en México. Sin embargo, esta división no ha sido tajante, hay que recordar que el premio del público en la Bienal de Fotografía de hace dos años correspondió a Raúl Ortega, un excelente periodista de la lente. En la siguiente bienal, Adolfo Pérez Güitrón, que maneja una fotografía de estudio con una estética muy cercana a la imagen publicitaria, fue una coincidencia tanto del público como del jurado.

FG: Entrando en materia de esta última bienal, me parece muy acertada la inclusión de un Salón de Invitados, porque a través de referencias como las del arte asiático podemos darnos cuenta que las preocupaciones de los artistas son similares a las que están inundando el panorama mexicano.

PM: La presencia de Oriente es muy importante porque creemos que una de nuestras funciones es abrir canales hacia otros territorios, pues estamos totalmente definidos por una mirada norteamericana y europea, siendo que hay un movimiento fotográfico muy intenso en todas partes del mundo. Es por ello que invitamos al chino Hou Hanru, curador del Pabellón de Francia en la última Bienal de Venecia.

FG: Podríamos decir que este es un nuevo paso del Centro de la Imagen en este irretenible andar que con o sin polémicas ha dinamizado indudablemente el acontecer fotográfico del país.

PM: La Bienal de Fotografía cambia su sentido a raíz de Fotoseptiembre, que es el evento en el que se puede visualizar de forma más nítida ese dinamismo que tú señalas. Antes, el objetivo de la Bienal era ser un termómetro de la creación fotográfica nacional, además de que la gente no conocida podía participar en un intento porque su obra adquiriese reconocimiento y difusión; cuando surge Fotoseptiembre esto cambia, puesto que es un evento inclusivo y en extremo generoso, ya que impulsa la apertura de foros para la foto o simplemente ayuda a que miremos ciertos espacios de exposición antes desatendidos porque se ocupan de los artistas que no son renombrados, pero que en Fotoseptiembre se mezclan con los famosos. La Bienal empieza a transformarse  con una inercia propia en un "salón de excelencia", sin en la sexta y séptima Bienal hubo cien seleccionados de quinientos participantes, es decir un veinte por ciento, en la octava el porcentaje baja a cinco y esto desencadena una fuerte controversia. Creo que esto fue sano, el que mucha gente no estuviera de acuerdo sólo nos hizo darnos cuenta de que la Bienal está transformándose en una selección con un sentido curatorial más claro y que al mismo tiempo ya había una serie de espacios y opciones para quienes no fueran incluidos. El resultado de esta búsqueda por empatar excelencia y coherencia nos llevó a la idea de crear un Salón de Invitados, donde los artistas nacionales pudiesen confrontar su obra con las ideas creativas del exterior.

FG: ¿Cómo fue que la Bienal se inclinó por la presencia del vídeo, del monotipo sobre papel periódico, de la instalación, de la impresión digital y la foto intervenida?

PM: Pienso yo que en esta Bienal se encuentran presentes todas la técnicas contemporáneas sin ningún tipo de diferenciación. Pero también está el criterio de Guillermo Santamarina, quien se mueve muy bien por estos territorios, cosa que José Antonio Navarrete no hace, puesto que él es un cubano radicado en Venezuela con una trayectoria como historiador de la fotografía y como curador, pero que de algún modo transita en límites más tradicionales y eso es notorio en su selección de artistas invitados, aún cuando incluye instalaciones como la de Facundo Rodrigo.

FG: El tema de la Bienal son las fronteras y por ello los lenguajes híbridos o mixtos embonan bien con la propuesta lanzada en la convocatoria.

PM: Por primera vez se integran a la convocatoria medios como el vídeo, el disco compacto, etcétera, y por primera vez también hay un tema: la frontera. Tema que de por si es abierto pues plantea no sólo las fronteras geográficas sino también las sexuales, las raciales, las existentes entre el mundo privado y el público y, por supuesto, las fronteras que se diluyen entre las distintas artes. Hay que decir también que con esta exposición el Centro de la Imagen inicia sus labores pertenecientes a las actividades del llmado Festival de la Luz, evento en que participarán los espacios más importantes del mundo que tienen que ver con la fotografía: museos, bienales, centros de estudios, festivales, en fin. Creo que es una época en que estamos cruzando, diluyendo y volviendo a trazar fronteras en todas las áreas del quehacer humano.

FG: Me parece que la frontera más grave ahora es la desinformación, pese a que se habla mucho de la globalización de la información. Esta muestra prueba que no sabemos nada de lo que se está haciendo, por ejemplo, en Asia en cuestión de arte y en sus procesos sociales. Creo que esto demuestra que nuestros problemas como pueblos son similares y que tenemos que romper la cortina de la incomunicación y el aislamiento, que es el eradero muro levantado por el poder financiero global tras la caída del Muro de Berlín.

PM: Por supuesto, y si te das cuenta es un poder impuesto con imágenes. Nosotros tenemos que polemizar hoy todo eso que encasilla e impide el movimiento y que de algún modo anula y mata, no podemos seguir permitiendo que la imagen siga construyendo una sociedad a la imagen y semejanza de los monopolios que manejan la imagen pública. La idea es gestar un movimiento en que se de una profunda reflexión sobre la imagen, por ello si una Bienal o cualquier otro evento o programa del Centro de la Imagen desatan una discusión a mi no espanta, me parece muy importante. Creo que la multiplicación de formas de expresión es reflejo de una sociedad que está cambiando aceleradamente. Es un juego de espejos: por un lado la tecnología no está mediendo a un mundo virtual en el que cada vez podemos transtiar más por la imagen, internanrnos en ella hasta creer que es real, por su lado, el arte con las ambientaciones y las instalaciones plantea un discurso crítico hacia esto, utilizando elementos de esa realidad tecnificada para hacernos pensar En la instalación de Wineke Gartz, donde se resumen estas inquietudes en un cuarto habitado por imágenes que van desde la fotocredencial personal hasta la presencia de héroes fílmicos como Bruce Lee, sin embargo, la inclusión de un espejo real cuestiona la injerencia de las imágenes públicas (que serían las proyectadas) sobre las imágenes íntimas (representadas por el espejo).

FG: Esto me hace pensar en que a lo largo de la exposición vi vmuchas fronteras de cristal. El fotógrafo tiene una percepción muy aguda para captar fronteras de vidrio porque finalmente entre el mundo y el artista fotográfico siempre está una lente. Finalmente el vidrio es el límite a través del cual la realidad que aparentemente captura el fotógrafo deja de ser "la realidad" y se convierte en una realidad propia del hombre creativo ¿Crees que el fotógrafo puede romper esa frontera de cristal y entrar en la realidad?

PM: No creo que rompa esa barrera. ¿Qué implica esa frontera? Implica distancia, una distancia que no necesariamente se transforma en objetividad. Es una distancia que te permite hacer una síntesis a partir de un proceso de selección interno o una síntesis a partir de ilustar lo que estás viendo. Siempre eres un testigo, Susan Sontag lo definió muy bien al cuestionar por qué el fotógrafo no intervino en la famosa foto en que le están volando los sesos a un hombre atado en Vietnam. En ese caso límite el fotógrafo prefiere seguir siendo testigo a ser actor, pero esa foto intervino en la realidad de una forma apabullante: dio conciencia al mundo para detener eventos como ese, pero no intervino en la realidad de la cual nos está hablando, de ésta es un testigo.

FG: Creo que las actividades desarrolladas por la institución que encabezas han incidido no sólo en la creación de un público para la fotografía y en una discusión amplia encabezada por los propios fotógrafos, sino también cuestionó a personas que dentro de su trabajo manejan cotidianmente la fotografía, como editores de revistas  y periódicos.

PM: Definitivamente, por eso es un centro que busca movilizar y no somos un Museo en el sentido tradicional.  Somos un espacio gestador de ideas , proyectos, vínculos, información, polémicas, reflexiones, etcétera. No nacimos alrededor de una colección aunque también la hemos ido creando con el tiempo. En ocasiones nos critican que no tengamos un proyecto de curaduría, pero es que nuestra curaduría radica en presentar los opuestos.

 

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Fecha de publicación: 12.01.2001