Verdades ocultas y mentiras disfrazadas por la violencia de los medios

Replica21

Enrique Jezik

Gerardo SuterGerardo Suter: Vulnerable 1, 2001,
impresión en vinil.

Había una vez un chavo de quince años al que le decían “gallinita”. Un día decidió acabar con las burlas, tomó el revólver de su papá (un Arminus alemán, calibre .22 largo), fue a la escuela y comenzó a disparar. Mat ó a dos de sus compañeros de clase e hirió a otros once. Esta y otras historias que reflejan la manipulación informativa de la violencia pueden ser descubiertos en la muestra Toy Stories, de Gerardo Suter (1957), que se presenta en el Laboratorio Arte Alameda.

El proyecto, integrado por videos, fotografía digital y textos, marca la incursión de Suter en la reflexión sobre la violencia, tomando como punto de partida ciertos elementos más o menos cotidianos desde los que va a hilvanar una cierta narratividad, desarrollada en varias series.

El sentido del palimpsesto se reitera al considerar otras obras de la serie K&C, que aportan datos para reconstruir una historia truculenta: alguien, quizá arrepentido, declara que ha participado en la extracción de órganos a prisioneros ejecutados para luego venderlos en el (presumiblemente floreciente) mercado negro. Un video muestra la intrigante imagen de un personaje que aparece y se desvanece (¿víctima o victimario?), marcado momentáneamente por lo que semeja una guía de puntería láser, quizá como referencia al tiro de gracia o a los ajusticiamientos insinuados en las manchas sobre el otro texto.

Las frases, impresas sobre el muro, que acompañan al video hacen que éste se vuelva la vez sugestivo y misterioso. Una impresión digital colocada directamente sobre el suelo narra la historia según la nota periodística, con la aplicación de franjas de censura cubriendo nombres y patronímicos.

Gerardo SuterGerardo Suter: K&C,2001, Texto en vinil e impresión
sobre acetato transparente.

Deliberadamente, el artista deja breves fragmentos sin cubrir. Y, tal como sucede en los medios informativos, algo se escapa por los intersticios del control burdo y podemos intuir lo que se trata de ocultar.
Otra de esas piezas de piso incluye, junto a un conjunto de imágenes manipuladas de armas, la palabra-título vulnerable. Varios de los trabajos de Suter tratan sobre ese concepto: “hay un tipo de vulnerabilidad que no depende de ti; te vuelves vulnerable y lo eres por decisión de otra persona.

De repente a alguien se le ocurre hacerte daño”, escribe el artista. En esta línea, otra de las piezas de piso se compone de una imagen enigmática con una franja que la censura junto a un texto, probablemente tomado de los medios, que, tras mencionar la muerte de 116 mujeres, ensaya una reflexión absurdamente académica sobre la indefensión de los débiles frente a los más fuertes. Suter pone en evidencia el discurso estéril que ha acompañado a los atroces hechos en un comentario de certera ironía sobre el caso irresuelto de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Gerardo SuterGerardo Suter: -It´s only me: gallinita, 2001
Videoproyección color, sonoro,
( Fotografía: Gerardo Suter Cortesia: LAA)

It’s Only Me: Gallinita une dos notas periodísticas publicados a ambos lados de la frontera, referentes a los asesinatos cometidos por un adolescente de 15 años en su escuela. Cada nota (texto de vinilo aplicado sobre la pared) aporta diferentes matices del amarillismo de la prensa, mientras otra pieza de suelo que muestra un revólver integra otro capítulo a esta historia. La obra-serie se completa con un siniestro video, la imagen de una gallina que alguien que no podemos ver acerca a la cámara.
Esta instalación estructura su narratividad de manera eficaz, aunque la relación de la obra con el espacio resulte quizá algo forzada por las dimensiones y la ubicación de la proyección, que a mi juicio exagera la preponderancia del video sobre los demás elementos discursivos.

Las obras de la serie Es un juego forman un conjunto poco interesante, en el que el comentario se queda en lo superficial. La referencia al juego infantil en el video da lugar a una interpretación de crítica ingenua y moralista que el mismo artista se apresura a negar en la autoentrevista que podemos encontrar en el sitio web de la exposición (artealameda). Y las fotos de manos (imágenes congeladas de lo mostrado en el video) carecen de la profundidad analítica y de las múltiples sugerencias que Suter ha logrado en obras anteriores al encarar la reflexión sobre el cuerpo (recordemos, por ejemplo, su exposición Bitácora (disecciones de un topógrafo), de 1997, en el Centro Nacional de las Artes).

Algo semejante sucede con las tres imágenes (impresiones digitales de gran formato) que refieren a la vigilancia: Rostros misteriosos que se intuyen entre manchas, con la frase te estamos observando, aluden a la vigilancia continua a la que todos estamos expuestos en una sociedad cada vez más orwelliana. Mediante la manipulación digital de las fotos de unos soldaditos de juguete, Suter obtiene sugerentes imágenes que sin embargo son debilitadas por la obviedad del texto sobreimpreso.

La truculencia sensacionalista de los medios llega a entretejerse con la experiencia cotidiana, y uno de los resultados de esa sumatoria tal vez sea la insensibilidad frente a todo tipo de tragedias que el tamiz mediático ayuda a provocar. “Me atrajo la idea de hablar de estos temas utilizando elementos o acciones aparentemente inofensivas, ingenuas. Me interesa manejar algo de humor negro. De contraponer la tragedia con actitudes aparentemente inofensivas”, apunta Suter. Aunque el artista logra estructurar una muestra de gran impacto visual y con interesantes aciertos, en el juego que propone quizá la ingenuidad esté ganando la partida.

Gerardo SuterGerardo Suter: Es un juego 1, 2001.
Video proyección color, sonoro, 45 segundos.

Gerardo SuterK&C, 2001 Texto en vinil e impresión sobre acetato
traansparente.
Gerardo SuterGerardo Suter: Es un juego 1, 2001.
Video proyección color, sonoro, 45 segundos.

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Fecha de publicación: 01.12.2001