MACO, la boutique de arte

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Gabriela Galindo y José Manuel Springer

daniel lezamaLa segunda edición de MACO, la única feria de arte que tiene lugar en México, ha confirmado la pujante presencia del arte mexicano en el contexto internacional, así como el interés de los coleccionistas en el arte contemporáneo hecho en México. Aunque durante los cuatro días que duró el evento la asistencia fue irregular, es evidente que la feria se empieza a convertir en un sucedáneo de la actividad museística en el país, pues es la ventana donde el público se puede asomar a la producción contemporánea internacional.

La fecha, el lugar y la ocasión de la feria tuvieron que ver con el éxito de promoción de la misma. La presencia de México como invitado especial en ARCO Madrid en febrero había generado expectativas sobre lo que podrían mostrar aquí las galerías que fueron seleccionadas para el pabellón oficial de México. La nómina de artistas mexicanos en MACO podría ser una confirmación de aquella selección o podría enriquecer lo ya mostrado en Madrid. En general creo que MACO ratificó el vigor del arte emergente mexicano, al ampliar la la selección de galerías nacionales y el listado de artistas (las galerías tradicionales Juan Martín, Pecannins, e incluso las contemporáneas Yvonamor Palix o Emma Molina no acudieron a MACO). Con una selección más variada, quedó claro que el auge del arte local está sostenido por un tipo de obra que ha roto con el sentido de pertenencia a un lugar y ha buscado asimilarse a propuestas globales, internacionales, desterritorializadas. En general la selección de obras vendibles está marcada por un tipo de arte objetual, poco crítico, más lúdico, más ácido, que se refiere frecuentemente a los lenguajes artísticos y pocas veces a los contextos culturales de los cuales emana.

Claro que hubo excepciones a la regla y, pese al reducido tamaño de la feria que albergó poco más de 50 galerías, hubo oferta para casi todos los gustos. En este sentido habría que intentar definir cuál es el público que se siente atraído por este tipo de eventos y qué es lo que se vende, pues pareciera que en principio la dinámica comercial de la feria se opone a la dinámica cultural de los museos y de los espacios independientes. ¿En qué estriba la diferencia entre la oferta de la feria y la de los museos de arte contemporáneo? Por el número y tipo de visitantes (coleccionistas, gente del mundo de la moda, artistas visuales, e incluso celebridades)y la manera en que se dedican a examinar los cubículos de las galerías podría decirse que la feria tiene un poder de seducción mayor al de cualquier museo de arte estos días. Obviamente el evento solo duró cuatro jornadas (estaba planeado que duraría cinco días) y esto tiene mucho que ver con su poder de convocatoria. Si uno echa un ojo a la manera en que la oferta de objetos artísticos se asemeja a la de un shopping mall, (al de una boutique, como dice el catálogo del evento) en el cual los visitantes deambulan distraídamente y se topan con objetos que están desplegados de manera aleatoria, sin un orden clasificatorio, parecería que visitar la feria es resulta más entretenido que ir al museo y soplarse una larga exposición que sigue un guión curatorial. En la fería cada galería es una exhibición, un museo en pequeño, las obras pueden ser tocadas, manipuladas, se proporciona información inmediata sobre el artista, su currículo, el precio. Esta dinámica rompe con la solemnidad académica del museo e incluso con el ambiente monacal de una galería convencional. En MACO Todo resulta más familiar. Y es apartir de esta manera de consumir el arte que cabe especular si no la proliferación de ferias va en detrimento de la existencia de museos, si la dinámica comercial no está más a tono con los tiempos que vivimos, que la dinámica cultural que dio origen a los museos.

Ricío InfestasEn México, donde los museos de arte contemporáneo no tienen fondos para coleccionar obra y aunque tienen algunas obras contemporáneas estás rara vez se exponen, MACO se convierte en una suerte de museo ambulante, el mall donde se contrasta la labor las galerías locales. Antaño, los únicos medios de comparar la producción artística eran lo salones de arte, que hoy están en extinción. Hoy la galería y la feria se legitiman como los corredores de la producción artística, mientras que directores de museos y curadores deambulan por los pasillos para hacer contactos y recopilar nombres.

Un balance de las galerías locales

Ahora bien, en cuanto a la propuesta de las galerías nacionales habría que señalar ciertos nichos nuevos que han creado los propios artistas. Tal es el caso de La Estación Arte Contemporáneo, de Chihuahua, dirigida por Jorge Luis Ornelas y Fernando Rascón. Esta es una iniciativa que no sólo ofrece arte en venta, también colecciona, investiga y produce arte. O sea, cumple con las funciones de un pequeño museo promoviendo a los artistas, varios de ellos recién egresados de la escuela La Esmeralda, que han madurado en corto tiempo. De las propuestas exhibidas llamaba la atención las esculturas lúdico-eróticas de Rocío Infestas, la pintura constructivista de Anibal Catalán, las fotografías intervenidas de Horacio Cadzco y las casas a escala que parecen objeto de una explosión de Begoña Morales. Se trata de arte que tiene una factura manual sin sofisticaciones técnicas o soportes extravagantes, que podría dialogar con cualquier propuesta internacional y que refleja la necesidad de estos jóvenes artistas de subjetivar las diferencias.

Aníbal CatalánAníbal Catalán

Otra galería mexicana emergente es KBK, dirigida por Ubaldo Kramer. La oferta está centrada en la fotografía y objetos que exaltan el goce de la obra por su temática más que el placer de su factura. Obras que tienen un refilón duro, con las cuales se puede estar de acuerdo pero que resultarían un ejercicio diario para el convivir. La propuesta de la galería tendría mayor atractivo para algún museo o sala de exhibición pública, pues se trata de arte con mensajes y connotaciones profundas. Muy emblemática de esta tendencia hard edge sería la obra de Marcos López, una fotografía que reconstruye el encuentro y autopsia del cadáver del Che Guevara con un realismo periodístico pero también pictórico y las sublimes autorretratos fotográficos de Marta María Pérez donde dolor y placer se amalgaman.

José Luis RojasGarash es otra galería que apuesta por los recién egresados de las escuelas de arte. Aquí encontraríamos una propuesta que exuda humor, humor negro, provoca situaciones de risa y parábolas ingeniosas, a fin de cuentas arte sin complicaciones o grandes teorías conceptuales. Algunos de los dibujos de Humberto Duque podrían confundirse con ilustraciones de cuentos para niños, pero se apoyan en un sentido humorístico que trae a la mente la truculencia y seducción de la literatura de Thomas de Quincey (autor de El asesinato como una de las bellas artes). Los objetos de Carolina Esparragoza, que también hace videos de animación tan sencillos en su forma como crudos en su contenido, representan a dos personajes de la célebre caricatura Don Gato y su pandilla que han sido grabados sobre un par de pequeños cinescopios, creando una suerte de juego de la memoria para adultos. Las pelotas de fútbol de Ulises Figueroa hechas de harina horneada con la textura del pan de dulce popular mexicano, también funcionan como recordatorios risibles de nuestras obscuras obsesiones cotidianas.

Si de obsesiones y humor se trata también Arena México, galería de Guadalajara, se lleva las palmas. En esta ocasión los eventos recientes de la historia en Afganistán son revisados a través de las extraordinarias obras de José Luis Rojas, que no son otra cosa que figuras de barro de los pastores, de esas que se utilizan en los nacimientos navideños católicos, a los cuales ha vestido como guerrilleros talibanes, con rifles y lanzagranadas, creando un detalle camp de la historia contemporánea. Las esculturas de Jasón Fox que son una mezcla de muñecos de acción a escala natural, que revelan partes de su anatomía vaciadas en concreto y plástico rojo, que generan vértigo y escalofrío. La instalación de motosierras hechas de hoja de lata, que pendían del techo, también eran un guiño sarcástico de toda la violencia que cotidianamente recibimos de los medios.

En las cuatro galerías con mayor presencia internacional que operan en México dominó el eclecticismo. OMR parecía un bazar, en el que mezclaba las barrocas pinturas pseudorealistas de Daniel Lezama con las esculturas de platos y objetos reales de melamina de Thomas Glassford, el letrismo de las pinturas de Graham Gillmore con las fotografías icónicas de Melanie Smith. La galería es el territorio donde se puede rastrear el gusto de los coleccionistas mexicanos y lo que a los extranjeros les gusta de México.

Thomas GlassfordPor su parte Nina Menocal presentó una combinación de pintura narrativa que está marcando un nuevo curso en esa disciplina con jóvenes como Oscar Cueto, a la vez que incluyó artistas más consolidados con propuestas escultóricas y arquitectónicas, en el primer caso se encuentran las piedras vaciadas en silicón de Perla Krauze y en el segundo a los iconofílicos Tercerunquinto y sus propuestas de arte de intervención callejero.

Para Enrique Guerrero la oferta de su galería tiene que ver tanto con responder a las necesidades de un mercado local que busca la pintura como la de Santiago Borja, de factura visual minimalista, como aquel público que tiene la mira puesta en arte más arriesgado e incluso terrible, como las terribles pinturas y objetos de Enrique Marty, que presentaba una efigie de un hombrecillo a escala, amarrado con una camisa de fuerza y dotado de una expresión de psicosis aguda en el rostro hiperrealista. Guerrero también ofrece las regaderas de lámina de Pedro Reyes, conocido por sus intervenciones y construcciones arquitectónicas-escultóricas-funcionalistas , y los videos de Tarzán, obras del multifacético Héctor Falcón, para quien la vida, su cuerpo y el arte son una y la misma cosa.

Este año Kurimanzutto decidió presentarse como una galería que vende obras de arte. El año pasado participó con una instalación, sin representación comercial. Su selección era una mezcla de instalaciones, obra gráfica y nueva pintura. Jonathan Hernández brindó fotomontajes armados al estilo de John Heartfield, que muestran su destreza para la semiótica de la imagen.

Oscar Cueto

La presencia internacional

Dentro de la oferta internacional llamó la atención de la desaparición paulatina del video y de los soportes multimedia, los projectrooms y las propuestas alternativas no son parte de la estrategia de MACO, que busca a toda cosa ser una feria boutique, o sea un lugar pequeño donde se muestra el mundo internacional del arte.

Sin embargo, las excepciones también cuentan y son lo más evidente. Play es una galería berlinesa que se dedica a promover proyectos artísticos que tienen que ver con la relación entre video y cine. Su propuesta fue algo de lo más contundente de la feria. Se trataba del video Unexpected Rules, de Fréderic Moser y Phillippe Schwinger. Esta es una producción sencilla de bajo presupuesto pero muy bien realizada que relata, con un tono teatral en una escenografía pop, la candente historia del Bill Clinton y sus affair con Mónica Lewinsky, que en la película tienen (por aquello de que toda semejanza con hechos reales es pura coincidencia) otros nombres. Hillary y la hija del matrimonio alternan en esta telenovela llevada a una especie teatro del absurdo, donde se revelan los entretelas del poder y la seducción durante 16 minutos de duración. La presentación incluía un set que permitía al público sentirse parte del escenario de la telenovela como una extensión de lo real. Pregunté cuánto costaba una copia. No estaban a la venta y solo se contrataba la presentación en pantalla de plasma. Una estrategia interesante de la galería que funciona más como un agencia de producción de proyectos, al estilo de Kurimanzutto.

De GirolamoOtra galería que dejó impronta, pues trabajan con artistas de México e internacionales es la Caja Negra de Madrid. Cuando ya el mundo daba por desaparecida y enterrada a la gráfica, la Caja Negra viene a llenar resucitar una disciplina con proyectos de gran envergadura, como las ediciones de los minimalistas Richard Serra y Sol Lewitt. Los tirajes producidos por el genio inglés de la impresión, Adam Lowe, de obras del ubicuo Jonathan Hernández revelan las posibilidades del medio. Lorena Sosaya, maestra impresora mexicana hace un gran trabajo con la serie de trabajos de herbolarios de Jan Hendrix. La Caja Negra produce libros de artista y ediciones pequeñas de textos de análisis (aquí se nota la mano de Issa Benitez Dueñas, historiadora mexicana que co-dirige la galería) que redondean un proyecto bien armado e inteligente para mantener la buena salud del arte de los múltiples.

De Argentina la galería Ruth Benzacar se define por un programa de exposiciones y presencia muy enfocada a lo gráfico y de hecho comparte con la Caja Negra la presencia de Liliana Porter, artista que ha explorado las relaciones entre el objeto y su representación, las tres y las dos dimensiones. Benzacar representa a Jorge Machi, quien al igual que Johnathan Hernández trabaja a partir de noticias aparecidas en los diarios, solo que Machi utiliza los textos para relatar historias que se convierten en imágenes. De Machi se presentó una serie de serigrafías sobre crímenes de la nota roja que por solo dos mil dólares harían el deleite de quien esto escribe.

De Venezuela se presentó una iniciativa social del arte la Fundación de Arte Emergente que se dedica promover exposiciones par abordar temas relñativos a la exclusión social, la salud y el ambiente. La fundación trabaja con comunidades con una estrategia interactiva. La fundación agrupa a varios artistas que trabajan en el contexto urbano, entre los cuales destaca la exposición Álbum de Boda que prtende cuestionar la institución del matrimonio y el ejercicio de este derecho por parte de la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transexual. También cuenta con un programa editorial de publicaciones, que recientemente dio a conocer el libro del historiador e investigador Félix Suazo llamado A diestra y siniestra, sobre la relación entre arte y política. Para mayor información consultar la liga www.fundaciónarteemergente.org

Fréderic Moser y Phillippe SchwingerFréderic Moser y Phillippe Schwinger

Difícil debe ser para las galerías extranjeras de Alemania, Suiza, Estados Unidos entender como funciona la mente del coleccionista mexicano. Varios de los representantes de estas empresas se quejaron de la falta de interés del coleccionismo, de los extraños horarios de apertura de la feria (abría a las 2 pm y cerraba a las 9), de las múltiples fiestas que noche a noche diezmaban la energía de los galeros y daban al traste con sus estrategias mercadotecnicas.

“El coleccionista mexicano es caprichoso, impulsivo y predecible. La feria debería durar más tiempo, no es posible que una ciudad con tantos millones de habitantes pueda tener acceso en tan solo unos días. Falta señalización gráfica, la gente no llega a los últimos pisos del edificio. Los precios que cobra la feria son muy altos considerando que el mercado local es muy reducido y los coleccionistas invitados, no todos se dedican a coleccionar seriamente. La gente no llegó el viernes y el sábado, solo vinieron al coctel inaugural”, estos fueron algunos de los comentarios críticos que recogí durante dos días de visita.

Graham Gillmore

Lo cierto es que MACO todavía tiene un largo camino a seguir, que faltan propuestas más críticas, que están ausentes los grandes artistas internacionales, aun los que trabajan en México, como Francis Alÿs o Santiago Sierra, no figuraron en ninguna galería. La sección de revistas y publicaciones editoriales sigue siendo limitada y aún la presencia de los museos locales del INBA y CONACULTA se limitó a un stand institucional con algunas publicaciones y videos, eliminando la presencia individual de cada museo, como había sucedido en la primera edición. La cual permitía conocer el trabajo de algunos curadores locales y artistas que no producen dentro del engranaje de las galerías.

El arte es afín a la moda porque comparten la excitación por la novedad, el desafío la ebriedad que proviene del sentirse en contacto directo con el espíritu del tiempo. Sin embargo, con respecto al arte, la moda siempre lleva retraso, vive de imitaciones y de sobras, pues el arte (cierto tipo de arte) anticipa tiempos venideros. Sobre este criterio es que la descansa la labor y la existencia del museo (un tipo de museo) y de espacios no comerciales, que busca evitar el desgaste de la moda, para prolongar el sentido de sorpresa y asombro consustanciales al arte.

 

 

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Fecha de publicación: 09.05.2005