Agenda Oculta
De José Miguel González Casanova

Miguel Gonzalez Casanove

Desde hace algún tiempo el artista González Casanova ha realizado una serie de performance con gente común y corriente.  En esta obra, José Miguel dispone el uso de diferente soportes y escenarios, que generan una variedad de reacciones imprevistas entre los espectadores/participantes. 

El libro Agenda Oculta recopila ensayos, proyectos y textos de José Luis Barrios,  Pilar Villela, Garciela Schmilchuk, Renato González Mello, Laura González y Ery Cámara, entre otros, los  cual podrían darle al objeto editorial el carácter de un opus sin mayor aspiración que la de catalogar a otro artista de la generación de los 90, miembro del colectivo Temistócles 44 desde su fundación.

 No obstante, la producción artística de José Miguel requiere de un análisis que incluya enfoques desde la museología, la antropología social, el psicoanálisis, la filosofía estructural, la historia del arte y la traducción lingüística entre arte-acción y concepto.

...En una casa de la colonia Polanco de la ciudad de México, funcionó el espacio independiente dedicado a la instalación y performance...
   
La recopilación tiene visos de autobiografía, de recuento, a veces crítico otras reivindicativo, otras más anecdótico, sobre la carrera  de González Casanova, representativa de una era de la producción visual y artística entre siglos.

La masa productiva da cuenta de la presencia del texto, de la palabra y al fotografía, el espacio y su construcción, como elementos centrales de la obra de González Casanova.  “El gran salto dado por los artistas de los noventas fue escapar del termino objeto al de espacio de experiencia directa, un ámbito dilatado, una materialidad envolvente y una temporalidad inscrita...” señala el propio artista.

Entre el happening, el hipnotismo de  un grupo de artistas,  la dinámica grupal, una clase de baile impartida en una galería, o la entrevista como herramienta de investigación,  las obras de José Miguel, se hicieron cada vez más inmateriales y empíricas.

Para 1996,  su obra se consolidó como una crítica a la institución artística. Su exposición en el Museo Carillo Gil, llamada Cartas, era un castillo de naipes gigantes que remarcaba la precariedad del edificio y de la institución. Eran momentos en que las instituciones oficiales del arte demostraban su inadecuación para contener la experiencia artística.    A partir de entonces, el arte se convirtió para  GC en una forma de interlocución con la sociedad.  Las palabras estaban ligadas con acciones, que dejaban entrever que el mundo, lo real, era una construcción endeble de conceptos, muchos de ellos difíciles de explicar.

El rumbo que tomó su producción artística, en el que constantemente requería de la participación específica del público para concluir la obra, llevó a González Casanova a trabajar en las calles, en plazas públicas, dentro de una comunidad maya,  bajo la intención de hacer del arte un cruce de experiencias, animadas por el autor y puestas en práctica por el espectador.  Hasta llegar al Banco Intersubjetivo de los Deseos, su obra de madurez,  en la que articuló un discurso del arte como índice del porvenir, con la que recorrió La Habana, Buenos Aires, Bogotá y otras capitales.

Disoluciones para la violencia, es el último proyecto, de 2008, que cierra esta memoria-recopilación en la que a través de 222 páginas el autor revela la agenda (oculta) de su producción y revela que el arte tiene un lado oscuro, no siempre visible, como la Luna, el cual permite la reflexión y la activación de la memoria, el deseo y la voluntad.

González Casanova, Jose Miguel. Agenda Oculta (2009). Coedición: Aldus, Conaculta, Fonca, Fundación Colección Jumex; México, DF.

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Fecha de publicación: 15.04.2012